El juego comenzó con Uruguay dominando las acciones y tratando de aprovechar que Chile no era profundo a pesar de tener la posesión. Thiago Helguera era la manija del equipo y manejaba los hilos del ataque uruguayo. Tal es así que a los 7’ comandó una buena acción ofensiva individual, dejando luego el balón para Gonzalo Petit que no pudo definir pero apareció Renzo Machado para colocar el primer tanto del partido en posición dudosa.
La Celeste se tranquilizó pero desnudo a su vez algunos problemas defensivos que son preocupantes pensando en lo que se viene. No se mostró firme Alfonso Montero, tampoco lo hizo Patricio Pacífico. En una descoordinación de la defensa Charrúa fue que llegó el empate: un buen centro de Aravena los sobrepasó a todos y permitió la definición cómoda de Emiliano Ramos para empatar.
De ahí en más el juego fue de ida y vuelta.
Coito intentaba por todos los medios corregir esos inconvenientes defensivos ya mencionados pero Chile no los podía aprovechar. La Roja tuvo dos chances claras antes del entretiempo y en Uruguay, Lavega y Petit no entraban tanto en juego
El segundo tiempo fue de modificaciones de ambos entrenadores pero la tónica cambió: Uruguay era mejor y Chile se conformaba con el empate. Agustin Albarracin y Alejandro Severo entraron muy bien en el juego. El delantero artiguense que juega en el Racing Club de Montevideo sufrió una infracción sobre la derecha que sería fundamental.
De esa falta, en el minuto 94, vendría un centro de Agustin Albarracin que insólitamente cabecearía al gol el defensor chileno Juan Rosell. Sin marca de los atacantes, con buena colocación y posibilidad de despeje y con tiempo. A pesar de eso, el balón terminó en el fondo de las mallas. Explotó el banco celeste. Uruguay se llevaba una victoria merecida pero sufrida de la manera más increible. A Coito le salieron bien los cambios. A Uruguay le salió bien la insistencia. Por eso de que tanto va el cántaro a la fuente…
Lo próximo para Uruguay será el lunes 20.30 ante Paraguay, pensando en clasificarse rápidamente a la ronda final.
